No mires demasiado fijamente, no te recrees en un recodo de carne determinado. Mide tus pasos por el despeñadero de piel, no vaya a ser que sospechen tus sentidos que estás prestando más atención de la necesaria. No dejes que las dudas salgan a la luz y se cuelen por algún poro del corazón. Una vez liberadas, la caza de brujas no tendrá un buen final. Camina por la arena con paso firme, clavando tacón y espera a que tus huellas las reconozca alguien. Y que camine en la misma dirección.
Enhorabuena Meri! Tus trabajos y éste en particular, me gustan mucho. ¡Anímate! Que este blog va muy bien. ^^
ResponderEliminarUn besazo, tu gabachiña.